Después de casarme, las noches se
convirtieron en todo lo que odié desde pequeña, oscuras, frías, y violentas, el
miedo apoderado de mi ser no me permitía cerrar los ojos y mucho menos dormir.
Cuando era niña, mi madre siempre
me habló de los seres de luz, los llamados ángeles que estarían para velar mi sueño, conforme fui
creciendo mis noches comenzaron a ser diferentes, el sueño de ser feliz ya no
lo veía tan cercano, mis ángeles ya no estaban conmigo.
Han pasado ya tres noches, debo
confesar que tengo 72 horas despierta, no puedo conciliar para nada el sueño,
cierro los ojos y lo primero que veo es a él, ese hombre que por 5 años
destruyó mi vida, que por cinco años me humilló, me golpeó y me hizo sentir
como la basura más insignificante del mundo. Pero hay algo que ha cambiado en
estos días, ya no escucho sus mentiras, sus insultos, ya no lo escucho, es aquí en donde pienso que aquellos seres de
luz regresaron para protegerme, pero siento un aire muy frío, siento que algo
no está bien. Pasadas las horas de pronto comencé a escuchar aquel ruido
peculiar de las llaves abrir la puerta de mi casa, era él, había regresado,
poco a poco el pisado de sus pies sonaba al subir las escaleras rumbo a la
recamara, estaba atemorizada, tenía
miedo, estas más de 72 horas habían sido las más tranquilas en los últimos 5
años. De pronto llegó a la habitación, yo abrazada de mi almohada hice como que
dormía, escuché que entró y que
lentamente se iba acercando, yo acostada fingiendo dormir sentí cuando él se sentó
en la cama, estuvo cerca de 10 minutos
sin dirigirme la palabra, solo sentí cuando con sus manos acariciaba mi
cabello, sin decir una sola palabra. La
noche se tornó extraña, él, seguía sentado en un lado mío, sin despertarme,
solo percibí un aroma distinto, ya no era el alcohol ni el tabaco impregnados
en su piel, debo decir que era un aroma lindo, aquel del que me enamoré cuando
se acercó a mí por primera vez y cuando me pidió ser su esposa, me abrazó tan
fuerte que recordé a quién conocí hace más de 5 años, porque esta vez su fuerza la sentí diferente, con ganas de
protegerme, yo seguía inmovilizada, prefería no voltear y seguir viviendo ese
sueño, donde parecía que todo era como antes de estar casados, por primera vez
después de 5 años de matrimonio no sentí miedo, sentí tranquilidad hasta que
por fin pude conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, desperté y
ya no se encontraba ahí, bajé a prepararme el desayuno, no sé cuánto había
dormido pero me sentía de lo mejor, noté que había algunos cambios en la casa, imaginé que con el objetivo de
mejorar la relación mi esposo había hecho todo esto, los tulipanes rosas en el
comedor fueron similares a aquellos que utilizó cuando me pidió matrimonio, la
casa tenía un lindo color blanco en sus paredes, y me puse a pensar ¿cuánto
dormí? No lo sabía. El día transcurrió con muchísima rapidez, llegada la noche,
lo estuve esperando, estaba dispuesta a platicar con él, a buscar ayuda
profesional y tener una relación estable, lo estuve esperando hasta que por fin
volví a escuchar sus llaves abrir la puerta principal, me hice la dormida, esperando
que hiciera lo mismo que una noche antes, subió de la misma manera, lentamente,
al entrar a la habitación volví a percibir ese aroma que me enamoró hace 5 años,
decidí por fin voltear y mi sorpresa fue que ahí estaba él, con la misma ropa,
mismo peinado con el que me pidió matrimonio, me paralicé porque me sentía entre
la alegría y el miedo, no sabía cómo reaccionar a aquello; cuando él me vio,
sonrió, me abrazó y al oído me dijo “a partir de hoy, vivirás tranquila, no
temas más”, no puedo negar que mis sentimientos eran como una montaña rusa, ¡lloré
desconsoladamente de alegría porque estaba con el mismo hombre del que me había
enamorado! Y él me abrazaba tan fuerte que no quería que ese momento terminara.
Después de casi media hora abrazados sin
decir una sola palabra me dijo “es hora, acompáñame” no sabía a qué se refería, así que hice lo
que dijo, lo acompañé, él delante de mí, caminó hacía el baño principal, lo
alcancé y abrimos la puerta juntos como aquella vez en nuestra luna de miel, al
entrar al baño no daba crédito de lo que estaba viendo, ¡Era yo recostada en la
tina del baño! Mis manos estaban cercenadas, había sangre por todos lados, el
agua con un tono rojizo por la sangre derramada, me puso en shock, cerré los
ojos y deseaba tanto que aquello que pasaba fuera una pesadilla, pero al abrir
los ojos ahí seguía mi cuerpo inmóvil, volteo inmediatamente para buscar a mi
esposo y preguntarle qué estaba pasando, lo vi ahí pero esta vez de espaldas,
le grité preguntando desesperadamente ¿qué está pasando?, él, lentamente
comenzó a voltear pero su apariencia era distinta, ¡estaba viendo a la muerte! me dijo “hija, tus ángeles te regalaron una
última noche con el mejor recuerdo que tuviste con él, 72 horas antes de que
los seres de luz negociaran conmigo estuviste desangrándote lentamente hasta
morir en esta tina de baño, no pudiste con tanto peso sobre tu espalda, no
aguantaste más humillaciones y golpes que asesinaste a tu esposo mientras
dormía, lo apuñalaste directamente al corazón, estuviste tres noches con su
cuerpo recostado en un lado tuyo hasta que no pudiste aguantar lo que habías
hecho y te suicidaste, pero tus ángeles protectores se sacrificaron para que
tuvieras un último recuerdo, así que, es momento de irnos".