Cuando hablamos de amor, hablamos
de uno de los sentimientos más puros que pueden existir para el ser humano, sin
embargo, muchas ocasiones lo que vemos es que este sentir difícilmente se
expresa, por miedo o por no querer comprometernos a algo.
En el transcurso de nuestras
vidas sin duda lo vamos a vivir de diversas formas; de pequeños pudimos ver
como el amor de papá y mamá lo manifestaban cada quien a su estilo, ese amor
que nos hizo ser lo que hoy somos, que nos sembró la semilla del respeto,
honestidad y buenas costumbres, pero a veces somos tan desagradecidos que
cuando crecemos nosotros no somos capaces de demostrar lo que ellos alguna vez hicieron,
y en su lugar lo que hacemos es alejarnos, no hablar con ellos o simplemente no
aprovechar el tiempo que tenemos para decirles lo que sentimos por ellos, y
¿qué pasa? Que cuando alguno es llevado al llamado de Dios, lo que sucede es
que nos pasamos la vida lamentándonos porque nunca les dijimos que los amábamos,
y esto se refleja cuando preferimos acudir a llorar a un panteón, frente a una
tumba, llenos de remordimientos, llenos de palabras que se quedaron guardadas
en nuestro corazón, porque “el orgullo o el poco valor” nunca nos dejaron
expresarnos. Es importante que si quieres decirle a esas personas que te
forjaron como persona de bien, lo hagas, no dejes que el tiempo nos alcance.
En otra de las manifestaciones
del amor, se puede observar el amor de pareja, ese amor que algunas ocasiones
es confundido con la obsesión, la obsesión de algo que quizá solo duró poco tiempo
y que con el paso de los días, meses o años se fue acabando, muchas veces por
falta de comunicación, o bien podemos encontrar el otro extremo, el de dos
personas que se aman, pero que por el maldito miedo al “compromiso” prefieren
no demostrar lo que realmente sienten, y dejan que ese sentimiento tan puro y sincero
poco a poco se desvanezca, en ocasiones demostrando la indiferencia al otro, pero
sabiendo que por dentro esa persona te ama y tú también la amas, y ¿Qué pasa
aquí? Lo que sucede es que cualquiera de los dos o los dos, por ese mismo “orgullo”
del que hablaba en el apartado anterior, no son capaces de enfrentar la
realidad y se conforman con los pocos momentos en los que ambos pueden
compartir, cómo si sólo fueran ese par de amantes secretos que no quieren que
el mundo conozca lo que ellos viven, pero, si ambos son felices juntos ¿por qué
no gritarlo a los cuatro vientos? Esta pregunta quizá muchos la responderán
diciendo, “prefiero ser feliz en privado”, y sé que es una respuesta que tiene
mucha validez, pero que va a suceder si cualquiera de los dos, no siente que se
le da su lugar, cuando en privado son los amantes perfectos pero en público
pasan desapercibidos, permitiendo que cualquiera pueda ser seducido o querido
por alguien mas, sé que estas situaciones se dan mucho en el mundo contemporáneo,
en donde el hombre y la mujer ya no quieren “compromiso” porque cuando ambos
crecen la presión social aumenta, por los estereotipos que la sociedad nos ha
dejado, en donde preguntas como ¿cuándo se casan? Son cuestionamientos que a
muchos les causan escalofríos, sin embargo, debemos saber que tenemos que ser
capaces de romper paradigmas y si dos personas se aman en privado esto no
quiere decir que al hacerlo público deben atender a las presiones de la gente
que los rodea, si esas dos personas son felices y se quieren, pero por el miedo
no se comprometen, difícilmente esa relación tendrá un futuro ya que en algún
momento cualquiera de los dos se va a cansar. Entonces si tú, amigo lector,
tienes un “amor en privado” déjate de cosas y se capaz de enfrentar ese
temor y toma el riesgo de comprometerte, no por la gente que te rodea sino por
ti, y estoy seguro que la plenitud llegará más rápido de lo que parece (conozco
gente que tuvo esta situación y un día decidieron enfrentar sus miedos y hoy
son felices).
Pero bueno, ya hablamos del amor
a nuestra familia, a la pareja, y el amor propio ¿en dónde queda? Dice un buen
amigo, que nosotros damos lo que tenemos, y si tenemos amor en nuestro interior
seremos capaces de amar, pero si vivimos llenos de resentimientos, rencores,
odio, entonces, eso es lo que se reflejará en toda relación que tengamos. Somos
seres humanos, nos equivocamos, hacemos estupideces, pero también es necesario
que aprendamos a perdonar nuestros errores y luchar por no volver a cometerlos,
porque si queremos estar bien con nuestra familia o pareja, primero debemos
estar bien con nosotros mismos, aprende a amarte, aprende a quererte tal y como
eres, si algo no te gusta de ti, cámbialo, pero cámbialo por ti, y no porque
alguien más te lo diga, hazlo por decisión y no por imposición, amate, quiérete,
aprende que lo mejor que nos puede pasar día a día, es despertar, quita esa
cara de amargado y sé feliz, y créeme que conforme te vayas perdonando y queriendo,
tu vida irá cambiando para bien, recuerda que el amor de vida primero debes ser
tú mismo, y al conseguir creerlo, ahora sí, encontraremos eso que tanto
buscamos, la felicidad.
Que tengas una linda noche a ti
que te tomaste el tiempo de leerme, déjame tus comentarios, que Dios te
bendiga.