lunes, 5 de diciembre de 2016

SIN NOMBRE


PRIMERA PARTE


“Al ver nuestra casa tan sola y callada no sé lo que haría” este pedazo de canción de mi artista favorito Hernaldo Zuñiga nunca había cobrado tanta importancia, nunca pensé poder estar dentro de las líneas de una poesía combinada con música, pero así fue, me convertí en todo aquello que siempre negué ser,  me rehusaba a imaginar que sería igual que todos aquellos que te hicieron tanto daño, nunca me lo perdonaré.

Quiero compartir con ustedes mi historia, la historia mágica que todo hombre sueña, , sólo que a veces por nuestras creencias no demostramos el amor que sentimos y no lo hacemos, esto pasó hace casi 4 años, cuando conocí a quien de ser mi amor imposible se convirtió en el amor de mi vida.


Era el mes de diciembre del 2012, recuerdo muy bien que uno de mis mejores amigos me había invitado a la posada de su trabajo, debo confesar que no quería asistir, me sentía mal, sentía que mi vida no tenía rumbo, que las cosas no me salían como yo esperaba, y pues Roel, siempre ha sido de mis “carnales” más cercanos, él sabía de mi situación y realizaba todo lo que estaba en sus manos, hasta que logró convencerme. Recuerdo muy bien aquella noche fría y lluviosa de diciembre, quizá mi mala vibra era lo que atraía todo lo negativo, estuvimos a punto de chocar camino a su fiesta, pero gracias al cielo eso no pasó, seguimos camino al lugar donde se celebrarían su fiesta decembrina. Llegamos a un lugar demasiado lujoso, me sentía mal al ver que toda la gente vestía elegantemente mientras yo vestía unos jeans y chaqueta de cuero, pensé que eso era lo que derramaría el vaso, ya que no me sentía bien, mi aspecto creo que no era el adecuado, además por las prisas y la incomodidad de no querer asistir, ni siquiera me rasuré, pero bueno, Roel había hecho que yo cambiara de parecer, “ya estamos aquí” pensé, él como siempre saludaba a todas las personas, a veces envidiaba tanto su vida, porque veía que la felicidad siempre lo acompañaba. Durante la noche pude ver infinidad de mujeres y hombres bailando y bebiendo,  ellos se divertían,  pues claro, estaban en su fiesta, rodeado de la gente que los aprecia, mientras que yo,  como todo lobo solitario me mantenía alejado, recuerdo bien que me acerqué a la barra, la gente me veía con extrañeza, pero pues era por mi atuendo, llegué con el bartender, y le solicité que me sirviera un Manhattan , me vio sonrío y dijo, “enseguida señor”, yo no tenía otra cosa que hacer, más que beber, mi amigo Roel, se encontraba disfrutando de su fiesta, mientras yo como todas las veces lo único que hacía era mantenerme aislado, en eso regresaba el bartender con mi bebida, al momento de entregármela me dijo “sonríe y disfruta la vida, un día te arrepentirás de no hacerlo”, ¿Qué le pasa? Pensé, ¿quién se cree para decirme que hacer? Agarré mi bebida y me fui, la cara que le hice de pocos amigos fue tan notoria que mejor se alejó de mí (como toda la gente que se me acerca). Terminé mi trago, y pedí otro, quizá a mi “nuevo amigo” el bartender le quedó claro que su comentario no me había gustado, así que lo único que hacía era servirme mi Manhattan, después de varios tragos, me empecé a sentir melancólico, los veía a todos reír, los observaba disfrutar de la vida que por dentro pensaba “ojalá un día sepan lo miserable que es la vida” hasta que en uno de esos silencios incómodos, lo dije en voz alta, todos  me veían como un bicho raro, pero a mí me valía lo que la gente pensara de mí, al fin y al cabo la vida que tenía en ese instante, era miserable. La noche seguía, los tragos poco a poco se subían a mi cabeza, pero me sabía contener, de ninguna manera quería que Roel pasara un mal momento por mi culpa y más cuando él hacía todo lo posible para que yo, su mejor amigo, saliera de la depresión en la que me encontraba.  Los tragos me afectaban más rápido que de costumbre, sin embargo aún me encontraba en mis 5 sentidos, de repente escucho la voz de una mujer que le dice al bar tender “ sírveme un Martini, quiero que me haga olvidar a ese imbécil que no supo valorarme”, volteo a verla, su ropa al igual que la mía no era de una fiesta elegante como la de aquella noche, sus ojos cristalinos, se observaba que las lágrimas querían consumirla, su mirada perdida en la nada, todo parecía indicar que el alcohol, también estaba haciendo estragos con ella esa noche, yo, como siempre tímido pensaba que ojalá la vida la tratara de la chingada para que supiera que aquí la felicidad no existe, y le dije “así es la vida y aprende a vivir con ella, es una hija de puta que nunca nos deja ser felices”, ella me observó, recuerdo muy bien, que su rostro dibujaba rencor hacía mi comentario tan estúpido, pero pues a mí me valía. Carlos, le dije, así me llamo y tú, ella respondió, idiota, así es como deberías llamarte. Ese momento fue muy incómodo, traté de remediarlo al presentarme con ella, pero, pasó todo lo contrario, no niego que, a pesar de insultarme, ella, generó un impacto en mí, nunca me había sucedido, era de esas veces en las que ves a alguien y te enamoras en el instante, o quizá también eran los tragos que hacían estragos en mi cabeza…


UNA SEMANA DESPUÉS…

Por fin me sentía vivo, porque los pensamientos suicidas y de rencor habían desaparecido de mi mente como por arte de magia, no encontraba la razón, por más que deseaba esconder mis sentimientos no lo lograba, aquella noche, esa mujer interesante había marcado mi vida, a pesar de haber sido el momento más bochornoso que viví en mucho tiempo, también se había convertido en el instante lleno de luz, esa luz que nunca pensé encontraría y mucho menos en una mujer.

Pasaban los días y no dejaba de recordar sus palabras, estaba convencido que tenían razón, era un completo y absoluto idiota, no por lo que le dije, sino por haber perdido la oportunidad de saber su nombre, de convertir ese pésimo momento en uno que viera nacer el sentimiento más puro, el del amor, pero que imbécil soy -pensé- como no le pedí su Facebook, por lo menos para charlar con ella por medio de esa red social, quizá mi gusto por escribir ella también lo compartiría y lograría borrar aquella frase que le mencioné, pero no, como siempre el temor me invadió, aunque esa vez di el primer paso, lo di mal.




Exactamente una semana después de la fiesta de los amigos de Roel, me armé de valor y le pregunté si esa mujer trabajaba con él, su respuesta fue contundente, “no, no la conozco, en mi vida he visto a alguien con esas características en mi trabajo, pero lo voy a investigar” , eso me daba un poco de esperanza, saber que investigaría quien o con quién iba “ella” ; después de platicar con mi “bro” decidí ir por un café, tenía años de no ir a ese lugar, un viejo café con acabados rústicos, en donde sin duda la tecnología no es su fuerte porque para empezar no cuentan con wi-fi, tienen una rockola que cuenta con mu música preferida, la trova. Llegué al “verso” así se llamaba aquel lugar, quien atendía el lugar se sorprendió al verme ya que tenía meses de no pararme por ahí, me saludó con gusto, y me preguntó ¿lo de siempre? Mi respuesta fue sí, me sirvió mi café negro sin azúcar ni leche, me encanta el sabor amargo, quizá por eso soy así-pensé- me fui a sentar a la mesa del fondo, recuerdo muy bien ese momento porque al dirigirme a la mesa, decidido a leer “Cartas a Chepita del maestro Sabines”, escuché que ponían Procuro olvidarte de Hernaldo Zuñiga, inmediatamente volteo al lugar en donde se encontraba la rockola y de espaldas se encontraba una dama, quien después de poner esa hermosa melodía, parecía que con desesperación buscaba algunas otras ya que seguía ahí, pero, ¿cuál fue mi sorpresa? Que, al terminarse mi canción preferida, nuevamente se volvió a escuchar “Procuro Olvidarte”, ¿cómo era posible que una persona pusiera la misma canción varias veces? Entonces decidí dejar mi libro del maestro Sabines en la mesa en donde siempre me sentaba,  me acerqué la chica de las canciones, pero, ¡oh sorpresa! La mujer que estaba programando la música, era la misma de aquella noche de la fiesta a la que me invitó Roel, el miedo me invadía y no sabía qué hacer, no sabía, porque la mujer que había estado presente en mi mente por toda una semana ¡ahí estaba!   esa era mi oportunidad de volver a conversar con ella, así que abracé mis miedos, y le dije “hola, soy el idiota de la semana pasada” Ella voltea desconcertada, puso una cara de pocos amigos, pero después de eso, sonrío. Su sonrisa estaba llena de luz, iluminaba ese momento, pero ahora, con los ojos hinchados, quizá de tanto llorar, eso me quebró, después de sonreírme,  se llevó las manos al rostro y se limpió los ojos con la manga de su abrigo, aunque estaban algo hinchados, por primera vez veía ese par de ojos cafés obscuros, tan obscuros como mi bebida, ojos que expresaban amargura e infelicidad, me dijo “hola idiota”, ese instante para mí se convirtió en el mejor de muchos años, así que le dije, “permite que te invite un café”, su respuesta fue, “no me gusta el café pero un té de limón lo acepto”.


Estuvimos conversando por cerca de 5 horas, su amor por la literatura era tan notorio que estuvimos hablando de Sabines, Benedetti, Paz, pero también ella era una amante de la trova, me contó sobre la primera canción que escuchó de este tipo, era la de Ojalá de Silvio Rodríguez. Durante toda la charla noté que a ella algo le pasaba, pero no quise cometer otra imprudencia y nunca tocamos el tema. Al finalizar la noche, cuando Esteban (así se llama e dueño del café) estaba a punto de cerrar el verso, me dijo, “idiota, tengo que irme, pero regresaré mañana a las 6pm, por cierto, me llamo Violeta”.

Ese día pasaba a ser el mejor de mi vida, por fin supe su nombre, pude remediar la mala noche de copas que había tenido, aunque pensándolo bien, esa imprudencia me sirvió para poder conocerla.


Asistí al verso exactamente a las 6pm, como habíamos quedado y ahí estaba Violeta, volví a pedir mi café negro y su té de limón, otra vez estuvimos cerca de 5 horas conversando, nos empezábamos a conocer, ahora hablábamos de los problemas que vive la sociedad, entre la charla estuvimos viendo la forma de acabar con el hambre en el mundo, ¡por Dios, que mujer tan interesante! Violeta no era una persona común y eso me volvía loco. Las ganas de vivir regresaron a mí, por semana nos estábamos viendo de 3 a 4 días siempre a la misma hora y mismo lugar, hasta que un día…





24 DE DICIEMBRE


Era 24 de Diciembre, yo una persona solitaria pues no me gustaba pasar ese día con nadie, sin embargo como habíamos quedado, llegué a las 6 a “el verso”, estaba ansioso de poder conversar con ella aunque fuera por unos minutos, desconocía si ella pasaría ese día con su familia,   ya que en mi timidez nunca le pregunté si pasaría con alguien esa fecha que para muchos resulta importante, aunque para mí nunca lo ha sido, ya que mi niñez estuvo llena de altos y bajos, por eso me mudé de ciudad, y aquí donde vivo no tengo a nadie, sé que son épocas de disfrutar pero para mí resulta ser un día más, Esteban, sabía que yo asistiría a ese lugar, ya que en el verso hacen la llamada “noche buena” y como es de esperarse todos aquellos que van ese día, son almas solitarias como la mía, personas que preferimos el calor de aquellos a quienes no conocemos, escuchando la música que tanto nos apasiona, algunos leyendo, otros tomando tragos de whisky, pero nunca faltaba el impertinente que se embrutecía y empezaba a llorar o maldecir a quienes le rodean. Me encontraba sentado en la mesa de siempre, esperando la llegada de “ella”, Violeta para mí en tan poco tiempo se había convertido en una persona importante para mi vida, llenaba de luz mi oscuridad, ella tan radiante con ese rostro lleno de historia, misteriosa, pero sobre todo inteligente, ¡me vuelve loco esa mujer! le dije al dueño del café, él solo sonreía, como si la conociera más que yo, y posiblemente así era ya que él quizá tenía más tiempo que  viéndola asistir a mi 2do hogar. Pasaban los minutos y por primera vez después de algunas citas, no llegaba, se me hacía demasiado raro ya que siempre fue muy puntual, inmediatamente pensé que algo estaba sucediendo, aunque también estaba exagerando, ya que, en un día tan transcendente para todos, ella tendría planes. Dieron las 10 de la noche, las personas que se encontraban en el lugar, aprovechaban el momento, mientras que yo, ahí me encontraba desconcertado por no saber si Violeta se encontraba bien, realmente nunca había extrañado a tanto alguien, me había acostumbrado a verla, a llegar puntuales siempre a nuestro momento, así le había denominado, me encantaba su presencia, me encantaba verla hablar con tanta inteligencia y profundidad, pero bueno, esa noche no fue así. El tiempo transcurría se llegó a hora del cierre, todos se abrazaban por la llegada de la “Navidad”, no puedo negar que ver tanta felicidad ajena me causaba una sensación de amargura. Ella nunca llegó, no la culpo, quizá tuvo asuntos más importantes que venir al “Verso”, salí para dirigirme a mi casa, pero me llevé una sorpresa que no imaginaba, al caminar hacía mi coche, observe la silueta de una persona que se encontraba en un rincón oscuro, era una mujer que no contenía el llanto, la verdad dude en acercarme, pero lo hice, lentamente me fui acercando, y veía que la mujer seguía con un llanto desesperado, así que me seguí acercando y ¿cuál fue mi sorpresa? ¡Era Violeta! inmediatamente le pregunté ¿cuánto tiempo tenía ahí? Su respuesta me dejó helado, incluso más helado que la noche, ya que hacía un frío tremendo, ella me contestó que como todos los días que nos habíamos visto, había llegado a las 6pm, pero que no quería contagiarme de su tristeza, porque sabía que en la víspera de navidad lo que menos espera la gente es llorar; inmediatamente me quité mi abrigo para ponérselo porque el frío la estaba consumiendo además de la tristeza, le coloqué mi abrigo y la abracé, era la primera vez que lo hacía, ella me vio y también hizo lo mismo, me abrazó con tanta fuerza que sentía que ella me necesitaba. Ese abrazo duró aproximadamente 10 minutos, todo era silencio, yo solo pensaba en ayudarla, en poder ser parte de ese instante y lograr convertir esa melancolía en tranquilidad, y así fue, dejó de abrazarme y con sus suaves manos comenzó a limpiarse las lágrimas que por horas había derramado, yo la veía como un estúpido, no podía ocultar que esa mujer para mi representaba demasiado, a pesar que llevaba unas cuantas semanas conociéndola, al dejar de llorar me pidió perdón por no haber llegado a nuestro encuentro, a lo que yo le contesté que no se preocupara, pero también le aclaré que en la siguiente ocasión que se sintiera así, me hablara, le pedí su equipo celular para anotar mi número, claro que lo guardé como ”el idiota”, ella sonrío al ver lo que hacía, para mí eso fue tranquilizador ya que después de la tempestad que vivía la veía reír, estuvimos conversando en ese lugar, no nos importó el frío, platicamos mucho, tanto que el tiempo no se sintió y nos dieron las 5 de la mañana, estuvimos 5 horas en el frío, pero ni siquiera lo sentí, porque aquel primer abrazo lo remedió todo. Llegó el momento de irnos, me ofrecí en acompañarla a su casa, a lo que ella accedió. En el camino a su hogar, le pregunté qué era lo que le estaba sucediendo y por primera vez me contó acerca de su vida, me dijo que tenía 3 meses que se había separado de su aún esposo, a separación se dio  lo había encontrado teniendo relaciones sexuales con su mejor amiga en su propia casa, eso era lo que le causaba tanta tristeza, porque para ella él era el amor de su vida, o eso pensaba, en ese momento fue cuando comprendí muchas cosas, por ejemplo las tantas repeticiones de la canción ”Procuro olvidarte” en aquella vez que la volví a ver, después de hablarme acerca de su tristeza, me dijo “feliz navidad y gracias”.  Yo no supe que decir, esas palabras las sentí como si una flecha venenosa atravesara mi corazón, pero también como el feliz navidad más puro y sincero que había escuchado en años ¿por qué? No lo sé, o bueno, si lo sabía, me estaba enamorando…

jueves, 1 de diciembre de 2016

Otra navidad sin ti



Y aquí vamos de nuevo, otra vez iniciando el último mes del año y nuevamente no estás aquí, recuerdo muy bien la última vez que pude contemplar tu presencia, aquella ocasión en la que tu sonrisa era lo único que me hacía feliz.

Nunca me importó el recibir detalles, porque estoy consciente que en estas fechas lo que se debe regalar es amor, comprensión, aprender a perdonar, y no sólo en Diciembre, sino también todo el año, pero algo tiene este mes mágico, que hace de todos mejores personas, y tú no eras la excepción.

Nunca voy a comprender el por qué de las cosas, nunca sabré cuál fue tu último pensamiento, y mucho menos si te fuiste feliz,  triste, molesto o simplemente pasabas el tiempo, nunca entenderé por qué las cosas son así, pero lo único que entiendo es que nuevamente tendré esta fecha en las que todos se rodean de sus seres amados, en las que mi casa está llena de personas, familiares, y en ocasiones amigos, pero ninguno de ellos podrá sustituir tu presencia, otra navidad y año nuevo sin ti, el imaginar que tendré que demostrar falsedad al sonreír con todos, pero por dentro me estará matando la tristeza, ya no estás conmigo, ya no estás aquí y eso realmente no se puede complementar con nada.

Tener que ir a dormir la noche del 24 pensando que al día siguiente posiblemente estarás ahí, pero me doy cuenta que solo es mi imaginación, ese día no voy a querer dormir, ese día lo único que desearé es que el tiempo se adelante y lleguemos a enero como si nunca hubiesen llegado estas fechas, no estás aquí, y hoy sigo preguntado a Dios ¿por qué te quitó de mi vida?

Hoy lo único que deseo es que todos aquellos que leen estas líneas dejen de quejarse, aprovechen la oportunidad que el creador les ha dado de poder estar con quién mas aman, no esperen a que lleguen estas fechas para demostrar amor, quieran, amen, rían, perdonen, y abracen a esos seres que son la luz en su camino, porque el día de mañana que no estén con ustedes, se van arrepentir de no haberlo hecho a tiempo, hoy para mí, será duro el tener que pasar otra navidad y año nuevo sin esa persona que fue mi vida, pero así es la vida, hoy aprovecharé que aún tengo gente que me ama y amo, la tristeza estará presente, pero también la esperanza de saber que aun tengo vida y al tener esto, tengo todo, porque es una oportunidad mas, para poder amar.

Con especial dedicatoria para aquellos que no pasarán las fiestas decembrinas con sus seres queridos, algunos porque llegaron al final de su camino en esta vida y otros quizá porque así lo quiso el destino. Ánimo, recuerda que eres un ser maravilloso, aprovecha y vive tu vida.   En memoria de los abuelos(as), padres, hermanos, hijos, amigos(as) que se han adelantado en el camino.