Y ahí estaba yo, pensativo de
todo lo que estaba aconteciendo, con la mirada perdida, recordando todos
aquellos momentos en los que la felicidad eran de lo más normal, las risas, los
abrazos, todo sin duda parecía ser el sueño que cualquier persona quisiera.
Fueron meses en los que el motivo para seguir adelante, era saber si ella
estaba bien, en donde llegar al final de la semana significaba tener los
mejores momentos a su lado, ese sueño se convertía en realidad a cada instante,
el escuchar que de sus labios pronunciara mi nombre me volvía loco, parecía un
niño en plena navidad, pero esa navidad se veía reflejada en mi sonrisa de
enamorado de aquella linda mujer que me enseñó a ser mejor persona, me mostró
que la vida es para disfrutarla, para amar, compartir y sobre todo vivir, me
enseñó a decirle basta a los fantasmas del pasado, me convenció a enfrentar mis
peores miedos, pero el recuerdo que más presente tengo, es aquel en donde por primera
vez en la vida aprendí a amar.
Nuestra historia era tan perfecta
que no era creíble, ¿cómo era posible estar con alguien y nunca discutir? Son pensamientos
que nunca pude descifrar, pero en lugar de preguntarme preferí disfrutar esos
maravillosos instantes de ilusión, la esperanza que veía en sus ojos me
llenaban de energía, me decían que siempre debemos levantarnos de todas las
caídas. Nunca pensé que todo esto fuera a desvanecerse, por mi mente nunca pasó
que algún día eso acabaría, para entender un poco más esto decir que con la
simple mirada nos hacíamos el amor, y para mí, escuchar su voz era el pretexto
para despertar y llamarle, me emocionaba tanto escuchar las veces que me decía
que me quería. Fue una época mágica en mi vida.
De pronto un día todo comenzó a
cambiar, el brillo de sus ojos poco a poco fue desapareciendo, como si yo
hubiera cometido algún error, sus risas se transformaron en tristezas, las
alegrías en aburrimiento para ella, me di cuenta que ya no disfrutaba estar
conmigo, quería entender que era lo que pasaba, quería descifrar la razón de su
comportamiento, pero no lo logré, lo único que pasó recuerdo muy bien, fue que
mi comportamiento se volvió similar al suyo, algo que nunca quise que
sucediera, porque realmente yo amé con todo mi ser.
Hoy, sigo contemplando su
recuerdo, porque podrán pasar mil atardeceres y ninguno volverá a ser el mismo
si no estamos juntos, podrán existir millones de mujeres, pero esa locura con
la que la amé no me permite voltear a ver
a alguien más para compartir mi vida, lo quise intentar, pero lo único que
hacía era lastimar a buenas mujeres que me entregaban su cariño, y yo les fallaba,
las noches nunca más volvieron a ser las mismas, los días se volvieron grises,
ya no tenía un motivo para estar alegre. Y aunque el tiempo se agote, ella es y
será el gran amor de mi vida, aún sigo preguntándome ¿Qué fue lo que pasó? ¿amará
a alguien más? Eso posiblemente lo hubiera comprendido, yo sé que nadie se ha
muerto de amor, pero el que se haya ido sin decir nada, el marcarse sin decir adiós, lo único que me hace
pensar es, que se cansó de mi amor…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario