Quiero saber la verdadera razón
por la que ambos nos dejamos de querer, sé que de palabras no se mantiene el
amor, pero tampoco con tu indiferencia lo haríamos. Recuerdo que muchas veces
me dijiste “en tus manos está la decisión de terminar”, algo que no entendía,
hasta que comprendí que esa persona que volvió de tu pasado, de quién tú decías
no me preocupara, despertó un interés que ni siquiera vi que tuvieras hacía mí.
No puedo entender y no quiero
hacerlo, no es posible que después de tanto tiempo, tantos besos, atardeceres y
amaneceres, después de decir que me amabas como nunca lo habías hecho,
simplemente ese sentimiento se esfumó, se desvaneció sin decir nada.
Nunca imaginé que tu cambio de
parecer se debía al volver a ver a esa persona que un día se fue, que regresó
tratando de enmendar su error. Siempre me pasaba por la cabeza, que quizá te
sentías mal, estabas estresada por el trabajo, la escuela, buscaba cualquier
razón, pero nunca la encontré, hasta el día de hoy de hace un año.
Recuerdo muy bien la tarde
soleada, te había citado en nuestro lugar favorito, todo estaba preparado para
la “gran noche”, yo sabía que estábamos en una situación complicada por tu
notoria indiferencia, pero también sabía que muy en el fondo yo era el hombre
de tu vida - que estúpido fui-, pienso hoy- así que estaba dispuesto a dar el
paso más importante de cualquier pareja, sí, te iba a pedir matrimonio, todo
estaba calculado, los meseros sabían todo el show que iban a montar, el
mariachi (tu música preferida), todo estaba listo, sin duda me sentía
esperanzado porque al fin daría el paso más importante, pedir que fueras mi
esposa, que nos diéramos toda la eternidad para los dos. Eran exactamente las
6pm, la hora en la que te había citado, recuerdo muy bien que, al intentar
besarte, volteaste un poco la cara, no entendía, pensaba que el estrés te
consumía, pero lo deje pasar. Tus palabras fueron claras “tenemos que hablar”,
sonreí por un momento porque yo quería hacer lo mismo, hablar y hacerte la
pregunta poderosa, hasta que de tus labios salió “Te amo y eso nada lo cambia,
pero quiero ser lo más sincera contigo,
ayer que te dejé plantado en tu casa, no fue necesariamente porque me sintiera
mal, y mucho menos me dormí temprano, lo
que pasó anoche fue que Adán me citó para tomarnos un café, no sabía qué hacer,
quizá debí haber dicho que no, pero mi mente me decía que tenía que aceptar,
como sabes él y yo nunca terminamos nuestra relación, solamente se fue sin
decir nada, sé que esto fue hace 4 años, así que accedí, te cancelé y me fui a
tomar un café con él, la verdad tenía mucho de no sentirme tan a gusto con una
persona, no quiero mentirte, me la pase muy bien en el café, pero después me
invitó a su casa, no sabía qué hacer, y una parte de mi seguía diciendo que aceptara,
así que lo hice, se nos hizo tarde, nos pasamos el resto de la noche
conversando, recordando, hasta que al momento de despedirme me besó y yo contesté
ese beso que fue el guía para entrar a su recámara. Perdóname mucho por
mentirte, perdóname por haber asistido a esa cita, pero muy en el fondo
necesitaba cerrar ese ciclo de mi vida, y la noche de anoche para mí fue eso,
un cierre. En tus manos está la decisión de terminar”
Mi rostro reflejaba impotencia,
enojo, tristeza y sobre todo decepción, mi mano derecha se encontraba sobre la
mesa, estaba cerrada porque dentro de ella traía conmigo el anillo de compromiso
que compré para ti, tus palabras me decían mucho, pero tu rostro al momento de
contarme todo me hizo ver una cosa, a pesar del tiempo y del sufrimiento que
tuviste con él, aún lo amabas, así que decidí hacerme a un lado, me dolió
muchísimo, y me dolió más la forma en la que me dejaste a mí la responsabilidad
de romper la relación que teníamos, porque ni siquiera para eso tuviste coraje.
Hoy después de un año, quiero
agradecerte, el que me hayas hecho eso, te agradezco mucho tu indecisión, y
sobre todo que me hayas mentido para ver a tu ex pareja, porque eso hizo darme cuenta que tú a mí no me querías,
solamente estabas a gusto, y sí, me dolió muchísimo, porque te entregué todo mi
amor sin medida, pero te agradezco, porque meses después me di cuenta que una
de las personas más cercanas a mí, toda la vida me había querido en secreto, y
hoy estoy luchando conmigo mismo para quererla tanto como ella a mí.
Gracias por romper mi corazón en
mil pedazos, porque gracias a eso hubo una persona que lo está reconstruyendo.
Posdata: Sé que tu Adán te volvió
a hacer lo mismo, te dejó sin decir más, y también sé que has preguntado por mí,
hoy te pido de corazón, sobre todo si alguna vez me quisiste como decías, por
favor, no vuelvas a buscarme.
Con cariño Alrez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario