Tantas noches que pasamos los momentos más inolvidables de mi vida,
tantos días que compartiste conmigo los instantes más bellos de mi juventud,
tus besos, tus caricias, tu amor, tu ser, y hoy todo, se va todo a la mierda por tu maldito miedo al compromiso,
por tu miedo a las ataduras, por tu miedo al matrimonio. Siempre me dijiste que
nunca tendrías hijos, que no permitirías que 9 meses de tu vida se convirtieran
en el calvario más grande, desde nauseas, mareos, vómitos, antojos, pero sobre
todo el perder tu figura y yo siempre accedí, siempre imaginé el momento en el
que tú y yo acudiríamos animados a adoptar a nuestro hijo, pero, esto solo se
queda en simples intenciones.
Te amo demasiado, mi vida no es
la misma sin ti, mis días son tan amargos, mis noches tan frías, mis sonrisas
fingidas, mi pensamiento vacío, hoy todo me recuerda a ti, tu frialdad fue lo
que siempre me enamoró, me gustaste desde el primer momento que me permitiste
entrar a tu vida, te comencé a amar desde el primer “hola” que salió de tus
labios, tu sonrisa no la puedo sacar de mi cabeza, creo que primero me
arrancaría la cabeza que sacarte de ella, me duele tanto el maldito corazón, y
lo peor, es que no se lo puedo compartir a nadie, mucho menos a mis amigos,
porque ellos todo lo toman a juego, no quiero ni pensar todos los adjetivos que
me colocarían, lo primero que me dirían sería “vamos a tomar”, pero mi problema
con el alcohol es que cuando lo toco no puedo dejarlo, y no quiero entrar en
estado de inconsciencia y que mi mente me traicione y termine levantando el teléfono
para hablarte, lo peor sería que te diría toda la verdad, te diría que mi vida
no es nada sin ti, que extraño hasta tus reclamos, tus celos, tu ser, te
extraño a ti, a ti de buenas, a ti de malas, te extraño, eres mi vida entera,
todo lo que he hecho fue organizado para ti y hoy, no estás.
Tus miedos hoy son más grande que
nuestro amor, pero debo confesar que mi orgullo es más grande que mis
sentimientos, no pienso rogarte, no pienso buscarte, no pienso humillarme más,
no lo haré, hoy dejaré que mi vida siga adelante, hoy dejaré que mis paradigmas
me ganen y no le contaré a nadie mi sentir, porque como tú dijiste alguna vez “los
hombres no tenemos sentimientos”, que más quisiera que eso fuera cierto pero no
lo es, estoy destrozado, y sé que al finalizar esta carta nada cambiará, pero sabré
que al fin, pude desahogar todo mi sentir, ojalá estuvieras aquí para
consolarme solo como tu sabías hacerlo, quisiera ver tu sonrisa al despertar,
pero sé, que esto es solo una ilusión que nunca podrá ser hecha realidad,
porque hoy te fuiste y no pienso salir tras de ti.
Te amo, pero nunca más te
buscaré, ojalá que algún día te des cuenta que esos miedos los pudimos
enfrentar juntos en lugar de salir huyendo,
te amo, te amaré siempre.
Eres mi más bello recuerdo, eres
la mujer de mi vida, pero quizá en alguna otra.
Alrez.