domingo, 28 de febrero de 2016

Mujer




Y en estos momentos es cuando le agradezco a Dios la creación de ese ser sublime, grandioso, perfecto, sin duda alguna, no se equivocó al momento de brindarle a este mundo la oportunidad de poder apreciar la belleza en su máxima expresión.

Todos en algún momento estuvimos encerrados en su cuerpo, cuando crecemos tenemos la oportunidad de convivir, de sonreír a causa de la sutileza de una mirada, de un abrazo tan fuerte que nos deja sin aliento, somos capaces de ver con dulzura y sinceridad, y  hasta el más frío, el más duro de los hombres se suaviza al ver el poema que redacta la sonrisa del ser más perfecto que existe: la mujer.

¿Cuántos de nosotros no hemos caído al son de una mirada? ¿Cuántos no hemos sido deslumbrados por la sonrisa dibujada en el rostro de una dama?
Es momento de decir gracias, a Dios, al creador, o a quien se les ocurriera la grandiosa idea de hacer que la mujer exista, porque desde todas perspectivas lo tenemos que hacer, por nuestras madres, hermanas, hijas, amigas, parejas.

La mujer es capaz de crear una tormenta en el cielo más tranquilo pero también con su sonrisa o un abrazo de apagar la furia de nuestro ser.

Si tú, quien lee estas líneas, tiene a su lado a una mujer así, valórala, quiérela, amala, pero sobre todas las cosas cuídala, porque a tu lado tienes a un ser tan imperfecto que a nuestra vista resulta perfecto.

Y tú, mujer, gracias por existir, gracias por sonreír, gracias por querer, por amar, por disfrutar, gracias por todo, porque todo lo que somos, todo lo que hemos vivido, siempre será gracias a  ti, porque la felicidad más grande para nosotros siempre será a causa de una dama. Por ejemplo mi felicidad es gracias a mi madre, a mis hermanas, a mi sobrina  y debo admitir que, mi  sonrisa actualmente es gracias a quien día con día se levanta y les muestra el camino a los niños, brindándoles enseñanza desde un salón de clases.


Tú, quien lee en este momento te pido que hagas algo, Sonríe…

domingo, 14 de febrero de 2016

Solo Queda





Solo queda el recuerdo de aquel amor tan sincero, solo quedan los momentos que compartimos y que no dejamos que nada nos estropeara el corazón, hoy solo quedan recuerdos, solo quedan las palabras que dijimos, solo quedan los te amo que siempre sentimos, pero de pronto todo se esfumó, desapareció como el humo al perderse en el aire, se fue con una rapidez tan rara, tanto tiempo vivido tirado a la basura, todos los planes se acabaron. Permití que el orgullo me ganara la batalla, debo aceptarlo.

Quiero descubrir si algo tan grande solo se vive una vez, quiero encontrar las respuestas a tantas preguntas que por mi mente pasan, ya lo intenté buscando amparo en mis momentos más obscuros, ahogando las penas con el alcohol, pero solo encontré tristeza y melancolía, quiero saber si tú piensas en mi como yo pienso en ti, quiero saber si tomé la decisión correcta, o que algún día me arrepentiré por perder a quien tanto me amó y amé.

Hoy puedo asegurar que no soy quien fui, puedo decir que los errores que se cometieron nunca más volverían a pasar, pero también sé que eres la mejor persona que existe en el mundo, sé que existe mucha esperanza en tus ojos, la esperanza de por fin ser feliz, de al fin saber que la vida no te hace malas jugadas, y sé que si existe un Dios, te hará justicia y mandará a ese alguien que merezca a una persona como tú, tuve mi oportunidad, no la supe aprovechar, hoy lo único que queda es saber que después de tantas risas, tristezas,  éxitos compartidos, momentos felices, hoy, nos convertimos en un par de extraños, en un par de personas que nunca volverán a estar juntas, quizá por destino, quizá porque así estaba escrito o porque fuimos las personas correctas en momentos equivocados.

Lo único que me queda por decir es, gracias por existir y si la vida quiere que en algún momento volvamos a estar juntos, entonces eso pasará,  porque ese amor fue verdadero, y si no llegamos a encontrarnos nuevamente, lo único que espero, es que al fin seas feliz, mi ricitos de oro.


Con amor, Alrez.

martes, 2 de febrero de 2016

El hombre que SI tenía sentimientos



Tantas noches que pasamos  los momentos más inolvidables de mi vida, tantos días que compartiste conmigo los instantes más bellos de mi juventud, tus besos, tus caricias, tu amor, tu ser, y hoy todo, se va todo  a la mierda por tu maldito miedo al compromiso, por tu miedo a las ataduras, por tu miedo al matrimonio. Siempre me dijiste que nunca tendrías hijos, que no permitirías que 9 meses de tu vida se convirtieran en el calvario más grande, desde nauseas, mareos, vómitos, antojos, pero sobre todo el perder tu figura y yo siempre accedí, siempre imaginé el momento en el que tú y yo acudiríamos animados a adoptar a nuestro hijo, pero, esto solo se queda en simples intenciones.

Te amo demasiado, mi vida no es la misma sin ti, mis días son tan amargos, mis noches tan frías, mis sonrisas fingidas, mi pensamiento vacío, hoy todo me recuerda a ti, tu frialdad fue lo que siempre me enamoró, me gustaste desde el primer momento que me permitiste entrar a tu vida, te comencé a amar desde el primer “hola” que salió de tus labios, tu sonrisa no la puedo sacar de mi cabeza, creo que primero me arrancaría la cabeza que sacarte de ella, me duele tanto el maldito corazón, y lo peor, es que no se lo puedo compartir a nadie, mucho menos a mis amigos, porque ellos todo lo toman a juego, no quiero ni pensar todos los adjetivos que me colocarían, lo primero que me dirían sería “vamos a tomar”, pero mi problema con el alcohol es que cuando lo toco no puedo dejarlo, y no quiero entrar en estado de inconsciencia y que mi mente me traicione y termine levantando el teléfono para hablarte, lo peor sería que te diría toda la verdad, te diría que mi vida no es nada sin ti, que extraño hasta tus reclamos, tus celos, tu ser, te extraño a ti, a ti de buenas, a ti de malas, te extraño, eres mi vida entera, todo lo que he hecho fue organizado para ti y hoy, no estás.

Tus miedos hoy son más grande que nuestro amor, pero debo confesar que mi orgullo es más grande que mis sentimientos, no pienso rogarte, no pienso buscarte, no pienso humillarme más, no lo haré, hoy dejaré que mi vida siga adelante, hoy dejaré que mis paradigmas me ganen y no le contaré a nadie mi sentir, porque como tú dijiste alguna vez “los hombres no tenemos sentimientos”, que más quisiera que eso fuera cierto pero no lo es, estoy destrozado, y sé que al finalizar esta carta nada cambiará, pero sabré que al fin, pude desahogar todo mi sentir, ojalá estuvieras aquí para consolarme solo como tu sabías hacerlo, quisiera ver tu sonrisa al despertar, pero sé, que esto es solo una ilusión que nunca podrá ser hecha realidad, porque hoy te fuiste y no pienso salir tras de ti.

Te amo, pero nunca más te buscaré, ojalá que algún día te des cuenta que esos miedos los pudimos enfrentar juntos  en lugar de salir huyendo, te amo, te amaré siempre.

Eres mi  más bello recuerdo, eres la mujer de mi vida, pero quizá en alguna otra.


Alrez.

Estúpidas Costumbres





La excusa más frecuente del ser humano es aquella que se basa en las creencias y costumbres, por ejemplo: "Soy así porque así me criaron", que estupidez más grande. Eres así porque así quieres ser, cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de cambiar nuestro entorno, de afectar positiva mente a quienes nos rodean, de crecer profesional o personalmente, la decisión es de nosotros, no de una estúpida creencia que a veces mantiene a las personas estancadas "porque así les enseñaron a ser" .

Todas estas situaciones las podemos presenciar en el acontecer diario, lo vemos en personas cercanas, observamos comentarios negativos de personas que se encuentran dentro de nuestras redes sociales, en las calles, con el taxista, en el transporte urbano, siempre escuchamos a personas que se justifican en sus creencias  y a la vez se excusan en su entorno. Hace unos días tuve la oportunidad de ver una película que se llama el Gran Pequeño (Little boy) realmente es una obra de arte, ya que tiene grandes mensajes, el que más me gustó es el saber que la fe “mueve montañas”, que el creer en nosotros es lo primero que se necesita para poder afectar positivamente nuestro entorno, pero, eso no quiere decir que no existirán obstáculos, claro que los habrá, principalmente quienes son los más cercanos a nosotros, son los primeros que dejarán de creer en nuestros talentos, en nuestro potencial, pero así como Little boy debemos ser persistentes, debemos ser pacientes y todo poco a poco se comenzará a dar de manera agradable para nosotros.

Hoy es importante que cuidemos completamente lo que le decimos a nuestros niños, quienes el día de mañana se encargarán de llevar las riendas de nuestro destino, debemos ser muy cuidadosos con cada uno de los comentarios, porque recordemos que las palabras son poderosas, así como las creencias, así como las costumbres, y los más triste es que les impongamos una creencia equivocada, por ejemplo la creencia de que todo tiene límites, una creencia en donde les hagamos pensar que para todo nos podemos excusar. Claro que deben existir límites pero a todo lo que nos haga daño física o emocionalmente.

Es lamentable ver la doble moral del padre de familia que le pide a su hijo no mentir pero cuando van a buscar a papá o mamá le dicen a su hijo que diga que no se encuentra, que lamentable que hoy la gente  exija respeto cuando algunos de ellos son los primeros en ofender a las personas, que doble moral encontramos en la gente que se dice ser positiva pero que en su hogar es el más pesimista de todos.

Evita utilizar frases como “así soy yo, así me enseñaron y nunca cambiaré”, esto es lo peor que puedes hacer, porque estarás justificando tu mediocridad con factores externos cuando tú eres el único dueño de tu destino; claro que influye crecer en un ambiente hostil, pero influye más el querer cambiarlo, influye más el querer sobresalir, influye más el desear el éxito a pesar de crecer con personas acostumbradas a la mediocridad.

Las creencias algunas veces son equivocadas, también sabemos que no siempre se nos imponen para dañarnos, pero si sucede, hoy, lo que debemos hacer, es lo que  mencionó alguna ocasión Jean Jacques Rousseau  "La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna."

Esto es así para evitar que el pesimismo, la negatividad o malas costumbres sean impuestos a quienes hoy son la esperanza para un mejor mañana.
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