jueves, 7 de abril de 2016

Ataduras




De pronto la paciencia se terminó, para esto, Jon había hecho todo lo que estaba a su alcance, encontró a Pris en un momento de su vida en donde pasaba por su peor versión, en los negocios nada marchaba como estaba planeado, en su vida personal peleaba todos los días con sus seres más cercanos, esto, lo orilló a realizar muchas estupideces, que claro no es excusa haber hecho lo que hizo pero no encontraba otra forma de canalizar todos esos malos pensamientos que por momentos se venían a su mente. Hasta que de pronto, ahí estaba Pris, viviendo algo similar, pero únicamente en su aspecto sentimental, le habían roto el corazón una y otra vez, no se cansaba de encontrar patanes en su vida, aguantarles todo lo que le hacían, solo porque ella los quería, pero Jon, era diferente, muy distinto a lo que estaba acostumbrada, pasaba por un mal momento y su peor versión aparecía, pero con ella era diferente, cambiaba,  Pris domaba al demonio interno de Jon con el brillo de su sonrisa. Esto ocasionaba mucho miedo en Pris, no sabía cómo reaccionar con alguien diferente.

Jon, comenzó a acercarse a ella, la cortejaba, la halagaba, la hacía sentir lo que en realidad es, una grandiosa mujer, con demasiadas cicatrices en su corazón o quizá éste se encontraba hecho pedazos, pero él, poco a poco y como podía, lo construía, no le importaba su pasado, lo único en lo que pensaba era su presente y un futuro que podía ser para los dos.

Los días, semanas y meses pasaron, Jon se entusiasmaba cada vez más con Pris, la quería tanto, la adoraba por el simple hecho de saber que ella había sido factor en su vida, fue el detonante para salir poco a poco de su versión patética, de salir del fondo en donde se encontraba, Jon, encontró una razón para seguir de pie, para avanzar, para volver a sobresalir, Jon había encontrado en ella, lo que nunca hubiera pensado, comprensión.

Jon cada que tenía oportunidad le demostraba sus sentimientos a ella-algo raro en él, porque se acostumbró a ser muy reservado- ella lo agradecía, los aceptaba, los disfrutaba, y poco a poco Pris comenzó a perder el miedo a volver a ser lastimada, porque sabía que él, era una persona con buenas intenciones, sin duda Jon la quería y demasiado.

El tiempo pasaba, Jon, entusiasmado, incrementaba sus expresiones de amor, ya no le importaba que la gente lo supiera, porque estaba feliz de saber que él se encontraba en los pensamientos de Pris, pero, comenzó a tener miedo, miedo a no poder ganarse por completo el corazón de aquella bella y maravillosa mujer.


Un día, conversando Jon con Pris, intentó dar un gigantesco paso, le pidió a ella que unieran sus vidas por completo, a lo que Pris, impactada por dicha invitación, solo calló y ni una sola palabra mencionó; esto, fue la pauta para que su relación se tornara distinta, para que Pris poco a poco se alejara , lo evitaba, le cambiaba los planes, le decía que no podía verlo, siempre encontraba la excusa perfecta, a lo que Jon siempre fue comprensivo, pero él sabía que algo sucedía, hasta que un día, perdió la paciencia al no ver que los sentimientos de Pris hacía él no eran siquiera similares ni por poco, se molestó tanto porque él había entregado todo de sí, lo que nunca había hecho en ninguna de sus otras relaciones, pero dentro de su enojo, comprendió que en la vida existen personas que siguen atadas a su pasado, atadas a los malos momentos, ancladas en todo lo negativo que les rodea, y fue entonces cuando Jon se dio cuenta que lo primero que necesitaba hacer Pris, era soltar su pasado para poder iniciar un presente y ser felices, ella no tenía la culpa, la culpa era de todos los que la dañaron, pero él, por más que la quería o posiblemente amaba, decidió dejarla partir, para que pudiera borrar ese pasado que tanto la hería, y con un gran dolor en su corazón, le pidió al cielo que ojalá un día se vuelvan a encontrar, sin ataduras, sin pasados vivos, sino con un presente ansioso de un futuro feliz.  


Hoy Jon, sigue esperándola …

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