lunes, 26 de octubre de 2015

Suicida



Y entonces ahí se encontraba, pensativa,   callada, pensando la razón del por qué las personas son tan crueles, porque de pronto la vida se le estaba escapando, su juventud la sentía agotada, los suspiros ya no eran los mismos o al menos ella eso pensaba.

De ser una chica tan sonriente se volvió apagada, la luz de sus ojos desaparecía lentamente, los desvelos la estaban consumiendo, el alcohol era su refugio, el tabaco la manera más estúpida para tranquilizar su ansiedad, hasta que un día decidió probar algo más intenso, algo que la hiciera no volver a recordar esos momentos tan malos. 

Pasaban los días y su adicción se incrementaba, su esbelta figura se empezaba a convertir en un verdadero esqueleto, lo que eran sus labios rojos de pronto se transformaron y lo blanco de sus dientes poco a poco se veía descuidado.

Día y noche encerrada, día y noche drogada, sin entender ¿por qué la vida así la trataba? ¿Acaso Dios se había olvidado de ella?

Un día decidió salir de su cuarto, por fin se bañó, limpió su lindo rostro y se vio fijamente al espejo, se observaba y se daba cuenta que  aquella chica alegre estaba muerta, consumida por la crueldad de la gente y se percató que todo lo que le ocasionó daño en algún momento, ahora estaba repercutiendo también su físico por lo que tomó una decisión que cambiaría su vida. Decidida a no volver a los vicios, enfrenta en los siguientes días, mucho dolor, ganas de volverse a drogar, pasaron las semanas y poco a poco, aquella bonita mujer recuperaba sus ganas de vivir, recordaba lo bueno que era disfrutar de un rico café sentada en el comedor de su hogar, ya no pensaba más en los momentos tan duros que pasó, ya no recordaba lo que era estar bajo el influjo de alguna droga, todo esto por amor propio.

Pasaron dos años exactamente desde la última vez que bajo el influjo de la cocaína estuvo a punto de quitarse la vida, las huellas de ese recuerdo son imposibles de borrar, cada que observa sus manos se da cuenta de las marcas que aquella navaja le dejó cuando fallida mente intentó cortarse las venas; ese recuerdo la ponía triste, la hacía volver a vivir todo por lo que sufrió, pero tenía que pasar. Seguía sin entender muchas cosas, todos esos oscuros momentos la hacían no volver a estar ahí, la hacían ser mejor cada día, porque tocó fondo y le costó demasiado salir de ahí.  

Aquí la pregunta es ¿qué causó que dejara de mal vivir? La respuesta es sencilla, en aquel intento fallido de suicidio, se desmayó por el exceso de droga y alcohol en su cuerpo, por lo que tuvo un sueño que la hizo cambiar de pensamiento, soñó que Dios le decía: tengo un destino para ti, tengo un proyecto que debes liderar pero antes tienes que pasar por todo esto, tienes que superar tus adicciones, para nada te he dejado sola, siempre he estado ahí, pero así como muchos piensan a veces soy cruel porque tengo que serlo, para hacer que la gente como tú cambie de parecer, vas a sufrir pero ese sufrimiento te ayudará a que más adelante puedas disfrutar tu vida y ayudar al prójimo, pero antes debes cambiar.


Ella volvió a ser feliz, volvió a saber lo que era estar tranquila, las cicatrices de sus manos la hacían recordar aquel sueño en la que por primera vez habló con su Dios, que a pesar de ser solo eso, un sueño, que tan necesarias son las palabras de alguien cuando una persona se está en  problemas. 

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