martes, 3 de noviembre de 2015

Dime tu nombre.

Entonces me acerqué lentamente, la miraba, tan tierna y tan bella, dominaba mis instintos cada vez que la veía pasar, era la única razón para levantarme a las malditas 6 de la mañana y así  poder contemplarla, sin siquiera ella me volteara a ver, ni siquiera me hacía en el mundo, soy un total y absoluto desconocido para ella, pero ya son varios meses los que vivo sufriendo de esta forma, no tengo el valor para hablarle, hace unos días quise preguntarle la hora, ¡pero que estúpida excusa! , quedaría como un idiota frente a ella o posiblemente piense que soy un acosador. 

Pasan los días y ya no puedo contener este sentimiento tan intenso, no sé ni su nombre, pero siento que la amo con todo mi ser, no he tocado sus manos pero sé que son el complemento que mi vida necesita, sus labios, que decir de ellos, tan bellos, tan tiernos, tan seductores que lo único que desearía es que pronuncien mi nombre aunque sea una sola vez, sus ojos iluminan las mañanas de verano y los ocasos de invierno.


Mi vida se está convirtiendo en un tormento, necesito acercarme pero tengo miedo, no sé qué pueda pasar, me intriga no saber que piensa, que hace todos los días, a que se dedica, quiero saber todo de su vida, pero soy un cobarde, no tengo el valor suficiente para decirle que ella es parte de mis días, que su rostro me inspira, se lo quiero decir todo y a la vez quiero quedarme con este sentimiento tan solo para mí, porque no sé si su reacción provoque que nunca más la vuelva a ver.



Entonces un día me decidí a decirle lo que pasaba por mi mente, la estuve esperando, pero por primera vez en un año, aquella hermosa mujer no pasó como era costumbre, posiblemente se enfermó-pensé- ojalá se recupere, no quiero imaginar que está sufriendo en este momento, la amo con todo mi ser, posiblemente estoy loco porque ni siquiera nos conocemos pero este es mi sentimiento. A la siguiente mañana todo marchaba como de costumbre la volví a esperar pero no volvió a pasar y esto se repitió para los meses siguientes, nunca supe que fue de ella, que le pasó, ni siquiera su nombre pero a pesar de mi sufrimiento por guardarme este sentimiento tan noble, puedo decir que fui profundamente feliz mientras duró, hoy agradezco a Dios la oportunidad de conocerla de esa forma tan fugaz, de darme la posibilidad de pensar  ¿cómo podría ser el sonido de su voz? – todo esto me da la oportunidad de nunca saber que pudo haber pasado pero agradezco por el tiempo que pude contemplarla. 

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