Entonces pensé -¿Qué sería de mi
si el miedo no me invadiera? –pero después recordé que siempre tengo la razón,
todos mis miedos se han hecho realidad, es demasiado estresante vivir mi vida,
no puedo hacer nada porque sé que a todo lo que me enfrente me hará daño y eso
ya no lo quiero. Cada mañana al despertar, pienso si en verdad esta vida que
tengo es para mí o me encuentro viviendo lo que alguien más debe vivir, a veces
la vida es muy injusta, mejor dicho siempre es muy injusta, me lamento mucho no
haber tomado decisiones que quizá hoy me tendrían en un lugar distinto, otro
país, otra profesión, otro trabajo, otra pareja, maldita vida que tengo, la
maldigo mil veces si es necesario ya no quiero estar así.
Recuerdo que en mi niñez nada era
impedimento para mí, la palabra miedo no existía en mi vocabulario, pero nunca
olvidaré aquella ocasión en la que me subí a un barco acompañado de mi familia,
no quería subir porque por primera vez tenía miedo, miedo del mar, miedo de que
algo nos sucediera, y pues, así fue, cuando sucedió este triste episodio en
donde uno de los tripulantes comenzó a discutir con su esposa , los ánimos
subieron de tono, ella le gritaba, él respondía, hasta que pasó lo que nadie
esperaba, la mujer demasiado molesta aventó con demasiada brutalidad a su
marido y él, perdió pisada hasta que cayó y con la inercia de la caída se
golpeó en la cabeza quedando inconsciente, recuerdo mucho que la gente comenzó
a ayudarlo, mis padres me tomaron trataron de que no viera lo que sucedía, pero
de repente escuché la voz de una de las personas que acudieron a apoyar, cuando
dijo : no respira, ha muerto. En mi mente esas palabras las escucho cada que
quiero hacer algo nuevo, cada que deseo enfrentar uno de mis temores, y de la nada me viene a la mente el rostro de aquella mujer
desconcertada al saber que había asesinado a su esposo.
Hoy, después de mis actividades, me
vi tentado a salir por la noche, pero, ¿y si presencio alguna situación
conflictiva? ¿Si alguien desea hacerme daño? Mejor preferí quedarme encerrado
en estas cuatro paredes que cada noche observan mi sufrimiento ya no puedo más,
por el maldito miedo, mi esposa me dejó, mi trabajo es un calvario y quiero
salirme de ahí pero tengo miedo de no encontrar nada, así que prefiero mil
veces no ver más la luz del día, estoy acabado.
Cuando lean esto se darán cuenta
que en realidad siempre sufrí pero no culpo a nadie porque fue mi decisión,
todo por aquel recuerdo de mi infancia, mi vida nunca fue la misma. A mis
amigos, familiares, a mi ex esposa, quiero decirles que hoy tengo miedo de
todo, por eso he decidido dejar esta carta en donde explico mis razones, sé que
me van a juzgar pero hoy por primera vez decidí enfrentar uno de mis peores
miedos, la muerte, los amo y mi temor por decirlo nunca me dejó expresarlo, al
empezar a escribir esta carta ya había enfrentado lo que nunca hubiera
imaginado, notarán la sangre que ha manchado este papel, quiero que sepan que
es mi sangre, que representa todos los temores que siempre me carcomieron, esta
sangre representa lo que nunca hice,
representa que al fin enfrenté de la peor manera si lo quieren pensar, nos
vemos en otra vida, quisiera despedirme como lo hace Amado Nervo en uno de sus
escritos pero sé que la vida me debe mucho y no terminamos en paz…
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