lunes, 29 de enero de 2018

157




157 razones me hacen cada noche levantar mi rostro y contemplar el cielo, un cielo tan vacío y oscuro que ni el mismo brillo de las estrellas iluminan mis noches, 157 consecuencias son las que he enfrentado desde aquel momento en donde no supe valorar lo que antes teníamos.

La noche me habla de ti, porque antes de emprender el sueño habitual lo último que tengo en mi mente, es tu rostro, tu sonrisa, tus ojos, tus labios, tu cabello, ¡carajo! Ni estando lejos puedo sacarte de mi mente. Lo peor es llegar al que de ser mi día preferido, se convirtió en el viernes de la mesa vacía, el viernes de recuerdos.


Quiero que sepas que, si tuviera nuevamente la oportunidad de contemplarte, de verte frente a frente, de quererte aún más, de abrazarte y sobre todo amarte, 157 serían las palabras amorosas que te diría al oído, como las 157  que te acabo de escribir.

domingo, 14 de enero de 2018

ODIO TANTO


Odio tanto a quienes dicen que son capaces de bajarte la luna y las estrellas, mi odio es tal porque eso es una mentira muy grande, la más grande de toda la historia, nadie en este planeta tiene la capacidad para hacerlo. Odio tanto a quienes dicen que serían capaces de besar a sus parejas toda la noche, porque eso es imposible en cualquier momento alguno dormirá sin pedir permiso. Odio tanto a quienes juran amor para la eternidad cuando en el primer momento de crisis salen corriendo. Odio tanto a quienes dicen admirarte  y en la primera oportunidad ofenden con todo aquello que siempre desearon decirle y por fin encontraron el momento adecuado. Odio al mismo odio que a veces no me deja pensar y ver claramente.

Porque ante cualquier situación la honestidad siempre será lo mejor, prefiero decirte que no podré bajarte la luna y las estrellas pero si buscaré la forma de invitarte muchas noches a un rincón en donde lo único que se contemple sea el cielo estrellado y la luz de la luna para que iluminen tu rostro, aunque, tú serías capaz de iluminarme la vida,  también sería capaz de besarte hasta que te quedes dormida y duermas sintiéndote una mujer deseada, porque no puedo prometerte un amor eterno, pero si un amor real aunque éste sea efímero, así mismo sé que no todo será miel sobre hojuelas pero tienes que saber que nunca recibirás una ofensa, pero sobre todas las cosas sé que el amor siempre sale vencedor sobre el odio.  Por eso hoy te escribo, acompañado de mi bebida favorita, el café, el café de tus ojos.


Alrez

jueves, 4 de enero de 2018

La cama vacía



Aún sigue el recuerdo de tus labios recorriendo mi piel, aún sigue presente el abrazo que me diste aquella noche que nos despedimos, recuerdo muy bien tus últimas palabras, ese “te amo” que tanto me encantaba que me dijeras, nunca podré borrar un solo recuerdo tuyo de mi mente, pero también quiero que sepas que esa no es mi intención, porque te quiero conmigo para toda la vida, aunque sea en esencia.

Tantos cumpleaños juntos, ese pastel de chocolate con fresas que tanto te encantaba y no me dejabas probar porque lo querías solo para ti, aunque al final del día siempre compartías conmigo de su dulzura, pero no tan dulce como tus besos, tantas navidades en donde la noche buena brindamos con refresco o jugo de arándano porque ninguno de los dos tomamos alcohol, tus risas cada que yo decía una estupidez, nunca pero nunca podré olvidar los amaneceres junto a ti, el despertar a tu lado la mujer que más amé, la mujer que me hizo feliz, la mujer que con el solo hecho de decirme “sonríe” me cambiaba mis días más oscuros y los convertía en felicidad, nunca pero nunca podré olvidarte.

Pero, lo que más me duele es que nunca podré olvidar la última noche juntos, esa noche en donde nos demostramos con besos y caricias lo mucho que nos amamos y sobre todo el gran acierto que tuvo Dios al ponernos el mismo camino, ese camino que llegó a su final, un final que no esperaba, un final que deseaba con tantas ganas nunca llegara, pero llegó.

26 de agosto fue la fecha en la que recuerdo muy bien que sonaron las alarmas de nuestros celulares, esas alarmas que tanto detestabas pero sabíamos que eran infalibles, recuerdo que desperté, te vi y sonreí porque eso causabas siempre en mí, intenté despertarte, pero no lograba hacerlo, hasta que supe que el momento había llegado, porque estuve horas intentando levantarte, te decía con tanta fuerza que nos fuéramos a trabajar, pero esto lo hacía sabiendo que tu corazón no latía más, las lágrimas en mis ojos y la desesperación me hicieron gritar con tanta fuerza, consciente que no lograría nada, porque el cáncer había logrado su cometido, Dios te llevó de mi lado…

Hoy escribo esta carta, después de años de aquella mañana en la que fuiste arrebatada de mis brazos, pero a pesar de que maldije a Dios, siempre estaré completamente agradecido por demostrarme que el amor y la felicidad si existen y esas las tuve junto a ti. Hoy mi vida esta en soledad con tu recuerdo muy vivo en mi memoria, mis noches son frías, mis despertares no son los mismos al no ver que hay alguien conmigo, porque solo te quiero a ti, porque a pesar de que la muerte te arrebató de mi lado,  aún sigo esperando volverte encontrar en alguna otra vida…


Alrez.