sábado, 29 de abril de 2017

TE PROHÍBO





Te prohíbo que estés en mi vida si en tus deseos no está quedarte en ella,
 te prohíbo que pronuncies mi nombre porque es como si robaras el aire que respiro,
 te prohíbo que me pienses y te aparezcas cuando te da la gana en cada uno de mis sueños porque en  ellos haces todo lo que no demuestras despierta,
 te prohíbo que me toques con la mirada porque cuando lo haces destruyes mis defensas y te apoderas  de mí,
 te prohíbo que me sonrías, porque en mi vida nunca me había sentido tan vulnerable como lo soy con  tus labios,
 te prohíbo que me hables de amor cuando quizá lo único que sientes es deseo,

 te prohíbo que entres y salgas a mi vida cada que se te da la gana, porque la próxima vez que  lo  hagas, te quedas para siempre o te vas y no regreses, aunque si lo haces sabrás que mi frase preferida  de aquel mayo francés es “prohibido prohibir”.

ALREZ

miércoles, 26 de abril de 2017

¿DESPUÉS DE TI QUÉ SIGUE?






Y ¿Después de ti qué sigue? Esa pregunta ha rondado por mi mente durante las últimas semanas, en este momento no dejo de pensarlo, pues fueron muchos años los que pasamos juntos, tanto tiempo, tantas cosas vividas, puedo decir que gran parte de mi juventud, tú, la viviste conmigo.

Y por más que pase el tiempo, no puedo olvidar lo importante que fuiste para mi vida, la llenaste de color, de amor, de impulso, hoy gracias a ti, soy quien soy, porque me enseñaste que a pesar de cualquier tropiezo siempre tendré la oportunidad para levantarme, puedo decir, me sacaste de la mediocridad en la que vivía y de eso siempre estaré agradecido contigo.

El pasar tanto tiempo juntos me demostró que eres única, que en este mundo no hay nadie que te iguale, porque a pesar de las circunstancias, tú, siempre has tenido el valor para salir adelante, para enfrentar adversidades, pero sobre todas las cosas y aunque mal te paguen siempre tendrás el corazón para ayudar a la gente.

Pero, la pregunta sigue siendo la misma ¿y después de ti qué sigue? Realmente hace tiempo no daría una respuesta acertada, quizá por tener algunos resentimientos, de los cuales no eres culpable, aquí el culpable siempre fui yo, no supe valorar y mucho menos lidiar con una persona completamente libre, pero todo esto, hoy comprendo que fue necesario.

Desde hace tiempo quería plasmar estas palabras, porque sé que un día las leerás y sabrás que hiciste de mí una mejor persona, que aún conserva muchos problemas emocionales, sin embargo, te doy las gracias porque me hiciste ser más exigente en todos los aspectos, profesionales, académicos y de pareja, donde en este último, si te culpo, porque la exigencia se incrementó mucho en este apartado, quiero dejar claro que para nada te estoy comparando, solo es un simple comentario.

Te amé con todas mis fuerzas, sé que no lo hice de la forma correcta, hoy tienes un lugar muy importante en mi corazón, estoy feliz porque sé que encontrarás esa persona especial que logrará cuidarte para toda la eternidad y debo decir, que hoy tengo la respuesta a la pregunta que ha estado en mi mente durante todo este tiempo.

¿Después de ti qué sigue? Sigue agradecerle a Dios el haberme permitido ser parte de tu vida durante mucho tiempo, agradecerle al creador el haberme puesto a una mujer como tú que me apoyó durante mucho tiempo e hizo de mi  un mejor ser humano,  agradecerle a la vida por permitirme cruzar en el camino de personas como tú, sinceras, bondadosas y sobre todo maravillosas, eso es lo que sigue, porque con el tiempo me di cuenta, para que puedan cicatrizar las heridas, debemos curarlas nosotros mismos y la mejor forma es agradeciendo. Hoy te digo gracias y deseo que la vida te dé todas esas bendiciones que mereces y sobre todo gracias por el nombre…

Alrez. 

lunes, 24 de abril de 2017

BORRAR CON ALCOHOL




 El primer beso que nos dimos nunca lo olvidaré, ese instante lleno de emociones, en donde no sé si la sorpresa o el mismo amor fue el que prevaleció, beso que representó la fricción de dos trozos de madera que inició el fuego de un amor puro, sincero, de lo más hermoso que quizá podré experimentar en mi vida, fue un momento completo.

Los días y meses pasaron, la fogata se hacía aún más fuerte, crecía lentamente , el amor era la viva representación de dos almas perdidas que no sabían qué hacer con sus vidas hasta que por fin se encontraron, estaban perdidas pensando que su rumbo era seguir adelante, pero me di cuenta al igual que tú que el destino era encontrarnos, era vivir una de las historias más lindas que el mismo creador había visto en sus miles de años de existencia.

Pero no fui capaz de cuidar todo esto, regresaron a mí, todas aquellas malas costumbres que algún día me hicieron perder a la gente que más quería, regresaron a mí las dudas, permití que la gente hablara de algo que no conocía, le di oportunidad a la duda, a los celos y ¿qué hicieron? Regresaron con tanta fuerza que como agua fría apagaron de inmediato el fuego que con dificultad habíamos generado. Palabras, chismes, dichos de terceros fueron detonante para dudar de tu querer. Atormentado por “el qué dirán” tomé la decisión más absurda de mi vida, alejarme de ti creyendo que los errores eran tuyos, cegado dije cosas de las que hoy me encuentro arrepentido, cosas que nunca sentí, pero sabía que esto te pegaría directamente a ti, que estúpido fui.


Hoy después de tanto tiempo, de tantas copas, de tantas mujeres, me doy cuenta que nunca podré sacarte de mi pensamiento y mucho menos del corazón, fuiste y serás mi más bella coincidencia, mi mejor y el más triste recuerdo, no sirve de nada querer borrar con alcohol tus besos de mi mente, de nada sirve intentar olvidar tu aroma con cigarros, porque por más que intento olvidarte, más presente te encuentras. Sé que el error más grande fue dejarme llevar por lo que la gente decía, olvidando por completo lo que tú y yo vivimos, sé que el error más grande fue dudar de tu querer, cuando por dentro, sabía que me amabas, a tu forma de ser, pero lo hacías y todo eso se derrumbó, se apagó, se consumió. Hoy vives como el recuerdo más lindo de mi vida y espero, que, si en verdad existe la reencarnación, pueda volverte a encontrar, pero esta vez para valorar tu amor. A veces quiero pensar que lo nuestro era lo perfecto en un momento equivocado, pero me doy cuenta que estábamos en el tiempo y espacio suficiente para coincidir, pero lo destruí. De corazón espero que encuentres a esa persona que pueda cuidarte como yo no lo supe hacer.

Alrez. 

jueves, 20 de abril de 2017

DEJARÉ DE TOCARTE

(La imagen pertenece a un escrito de Pablo Neruda)

Voy a librarme de tu recuerdo ese que me hace pensarte noche tras noche, voy a olvidarme de tus palabras, aquellas con las que decías que me amabas, voy a luchar contra mi propio corazón, porque a pesar de que sigue siendo tuyo, debe resignarse a no volver a sentirte más, a no extrañarte y dejar de amarte.

Voy a pedirle a mis ojos que no te vean en otras mujeres, porque caería rendido ante sus pies, voy a pedirle a mis labios a que no pronuncien más tu nombre, porque cuando me pidan hablar de amor, en lo primero que pensaré será en ti, voy a pedirle a mi cuerpo que deje de desearte, que esas ganas de besarte se acaben, que esas ansías por tocarte se larguen por completo, que el fuego que algún día incendió nuestros corazones, se extinga y no regrese nunca, que las cenizas desaparezcan y que tu recuerdo se alejé para siempre.

Voy a borrarte de mi mente, de mis versos, de mis letras, voy a alejarte de mis pensamientos, de mis recuerdos, estoy consciente que debo hacerlo. Y a pesar de librarme, olvidarme, resignarme, lo único que nunca podré lograr, es que logres amarme como yo te amo a ti, porque este amor es tan grande y poderoso como una maldición que estoy seguro, que, si en esta vida no podemos estar juntos, en la siguiente o en cualquiera nos volveremos a encontrar, porque ese será nuestro destino, y lo único que pido es que en las vidas próximas tengas el valor de poderme amar.


ALREZ. 

lunes, 17 de abril de 2017

ELLA ERA MAGIA



La primera vez que la vi, no supe cómo reaccionar, a pesar de que éramos unos viejos conocidos, eso lo sé,  pero nunca nos dirigimos la palabra, hasta ese día que tomé la iniciativa y comenzamos a platicar, nuestras charlas eran sin sentido pero a la vez demasiado agradables, el tiempo pasaba volando. Fueron varias mis invitaciones que fueron rechazadas por “ella” a quien a partir de este momento así le llamaré, hasta que un día por fin accedió. Recuerdo muy bien esa tarde de otoño, la esperaba, mi nerviosismo era notorio, las manos me sudaban, no encontraba como acomodarme mi camisa, las mangas de la camisa las doblaba y desdoblaba sin parar, llegué 25 minutos antes a la cita,  ahí estaba yo, completamente como era, con un miedo que no me explicaba, a lo mejor era emoción por aquella cita que tendríamos, así le denominé “cita”, posiblemente fue muy apresurado para mí  llamarle así, aunque debo confesar que tenía más de 7 años de no tener una cita, esto, porque meses antes de hablar con “ella” había terminado una relación de casi 8 años, posiblemente por todo lo anterior, mi nerviosismo era excesivo.

Esa tarde no la olvidaré, y no precisamente porque tuviéramos la conversación más agradable en mucho tiempo, sino porque me “ella” me dejó plantado, así como lo leen, plantado, aquel nerviosismo excesivo desapareció dos horas después de la hora acordada cuando recibí un mensaje de texto que decía “discúlpame pero no me siento lista para esto”, realmente no supe que pensar, no sabía a lo que se refería, quizá ella también tenía el mismo pensamiento que yo y sabía que era una cita, sin embargo eso así quedó, no negaré que me molesté, porque ¿A quién se le ocurre cancelar dos horas después de la hora acordada?

El tiempo pasó, mi insistencia fue tanta que por fin logré que me aceptara vernos, el nerviosismo regresó, se apoderó de mí, hasta que por fin nos encontramos, frente a frente, realmente no sabía qué hacer, estaba emocionado,  siempre fui un escéptico hasta que ese día comprendí que la magia si existía, se encontraba reflejada en sus ojos, dibujada en sus labios, ella era magia; nuestra tarde fue de lo mejor que había vivido en mucho tiempo, no quería que terminara, pero tenía que hacerlo, al despedirnos cometí una imprudencia, la besé…

Hoy a más de 1 año de todo esto, debo confesar que estoy más enamorado que nunca. Nunca había perdido la cabeza por el amor de alguien como el de “ella”, pero también entendí que como dice el maestro Sabina “ni yo mato por celos, ni tú mueres por mí”, eso fue lo que pasó en esa “relación” que teníamos, solo uno luchaba por conquistar al otro, solo uno peleaba por un amor de cuento de hadas, solo uno enviaba a la mierda lo que la gente decía y ese siempre fui yo. Sus miedos, Sus recuerdos, sus fracasos amorosos nunca permitieron que lo que teníamos prosperara, siempre estuvimos a la sombra de todo, cosa a la que yo accedí, pero también un día me cansé de no ser prioridad, cuando ella siempre la mía. Hoy me culpo por permitir que este amor creciera como hasta hoy, cada rostro que veo la visualizo, cada beso que doy imagino que es para ella, cada caricia, cada palabra, cada sonrisa, siempre la termino buscando. Hoy estoy más enamorado que nunca, pero también sé que cuando las cosas no se dan, tenemos que decir adiós, no debemos forzar algo que nunca será para nosotros, ahora comprendo que todo esto no era necesario y que quizá la mejor decisión que pude haber tomado aquella tarde en dónde me dejó plantado, era no insistir, pero sé que todo lo bueno nunca será fácil, por eso es mejor dejarte partir. Al escribir esta carta con mi copa de vino y de fondo escuchando trova, se vienen a mi mente los versos de Osceransky porque es algo que me pasó en el ocaso de lo yo le llamé relación “Me he cansado de decir que no te vuelvo a ver y estoy harto de jurarme que es la última vez… Nunca pude acostumbrarme a tu forma de ser, cada vez que lo hago acabo por correr”.

Hoy le digo adiós, sabe que la amo, pero no tengo el valor para volverla a ver, porque sé, que siempre seré débil ante ella. Por eso escribo esta carta firmada con un sobre nombre, porque mi número, mi domicilio lo cambié para nunca más verla, pero estoy seguro que un día leerá esta carta, se identificará, se dará cuenta que la razón por la cual desaparecí de su vida nunca fue porque no la amara, todo lo contrario, desaparecí porque la amo y sé que ella a mi no. Espero y siga con su vida como hasta hoy, pero ojalá un día sea capaz de enfrentar sus miedos para que se dé cuenta que el construir un amor de verdad, es de dos.


Alrez.  

martes, 4 de abril de 2017

MIGAJAS DE AMOR



Me acostumbré a tus migajas, me acostumbré a ser siempre lo último que pasaba por tu mente, me acostumbré a ser yo quien recordara las fechas importantes, me acostumbré a ser quien intentaba cualquier cosa para que estuvieras feliz, no sabía cómo hacerlo. De pronto todo se volvió gris, y a veces ni eso, todo se transformó en tensión, silencios, molestias, enojos, reclamos, las risas quedaron en el pasado y la felicidad se convirtió en amargura.

Me acostumbré a tener que cancelar mis actividades porque eran contigo para que tu salieras con tus amigos, hacía lo que estaba en mis manos para poderte ver sonreír, como aquella vez en la que me enamoré de ti, donde tu sonrisa me inyectó ánimos y felicidad. Me acostumbre a ser tu segunda opción. 

Me acostumbré a tener que decirle a mi familia que no podías acompañarnos porque tenías trabajo, sabiendo que hacías cualquier otra cosa, menos trabajar. Me acostumbré a tus malos tratos e insultos, porque te amaba.

Me acostumbré a verte rodeado de mujeres, porque tus actividades así lo establecían, y nunca te reproché ni una sola cosa, ni que te dijeran “corazón” o te abrazaran de forma demasiado expresiva.
Me acostumbré tanto a lo poco, que cualquier detalle era todo, me acostumbré a tu indiferencia que tus besos me sabían a gloria, me acostumbré tanto a no ser valorada, que desde que terminamos no he permitido a nadie que entre en mi vida.

Me acostumbré tanto a no ser amada, que hoy cuando un hombre bueno y detallista se acerca a mí, lo primero que hago es colocarme la armadura para que no pueda dañarme. Me acostumbré a tus desprecios, que hoy cuando alguien me cautiva o halaga pienso que lo hacen por compromiso. Me acostumbré tanto a tus migajas que hoy una persona me ofrece toda una galaxia de amor y prefiero no aceptarlo, porque aunque me duela, para mí, siempre serán mejor esas migajas que alguna vez me entregaste. Me acostumbré tanto a estar acostumbrada que hoy no sé si pueda eliminar de mi mente la costumbre de no sentirme amada. 


Camila.