martes, 4 de abril de 2017

MIGAJAS DE AMOR



Me acostumbré a tus migajas, me acostumbré a ser siempre lo último que pasaba por tu mente, me acostumbré a ser yo quien recordara las fechas importantes, me acostumbré a ser quien intentaba cualquier cosa para que estuvieras feliz, no sabía cómo hacerlo. De pronto todo se volvió gris, y a veces ni eso, todo se transformó en tensión, silencios, molestias, enojos, reclamos, las risas quedaron en el pasado y la felicidad se convirtió en amargura.

Me acostumbré a tener que cancelar mis actividades porque eran contigo para que tu salieras con tus amigos, hacía lo que estaba en mis manos para poderte ver sonreír, como aquella vez en la que me enamoré de ti, donde tu sonrisa me inyectó ánimos y felicidad. Me acostumbre a ser tu segunda opción. 

Me acostumbré a tener que decirle a mi familia que no podías acompañarnos porque tenías trabajo, sabiendo que hacías cualquier otra cosa, menos trabajar. Me acostumbré a tus malos tratos e insultos, porque te amaba.

Me acostumbré a verte rodeado de mujeres, porque tus actividades así lo establecían, y nunca te reproché ni una sola cosa, ni que te dijeran “corazón” o te abrazaran de forma demasiado expresiva.
Me acostumbré tanto a lo poco, que cualquier detalle era todo, me acostumbré a tu indiferencia que tus besos me sabían a gloria, me acostumbré tanto a no ser valorada, que desde que terminamos no he permitido a nadie que entre en mi vida.

Me acostumbré tanto a no ser amada, que hoy cuando un hombre bueno y detallista se acerca a mí, lo primero que hago es colocarme la armadura para que no pueda dañarme. Me acostumbré a tus desprecios, que hoy cuando alguien me cautiva o halaga pienso que lo hacen por compromiso. Me acostumbré tanto a tus migajas que hoy una persona me ofrece toda una galaxia de amor y prefiero no aceptarlo, porque aunque me duela, para mí, siempre serán mejor esas migajas que alguna vez me entregaste. Me acostumbré tanto a estar acostumbrada que hoy no sé si pueda eliminar de mi mente la costumbre de no sentirme amada. 


Camila. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario